Al querer definir el restaurante Bo-tic de Corçà se me ocurren bastantes adjetivos calificativos, pero si he de escoger algunos, personalmente me quedo en «fresco» por la originalidad de los platos y «actual» por la técnica y buen saber hacer de la ejecución de cada uno de los platos.
Es la primera vez que acudo a este restaurante enclavado en un singular espacio que comparte con el artista Joan Abras donde se encuentra su museo taller. Con el comedor principal interior algo reducido, pero amplio y cómodo, dispone de buena luz natural.
Del Bo-tic y su chef Albert Sastregener he leído y coincido «… propuesta gastronómica creativa, de autor, innovadora y comprometida, inspirada en la esencia de la cocina tradicional del Ampurdán, donde la experiencia y la originalidad, la exigencia en la selección de la mejor materia prima junto con una excelente bodega y un trato exquisito y profesional, hace que el resultado no deje indiferente a nadie»
El menú de degustación te sumerge en 12 actos apasionados uno tras otro en la mesa, perfectamente sincronizados de la cocina a la sala. En su tiempo, sin pausas ni esperas.
La creatividad en un jardín, que se presenta sobre una vitrina para el acto, con buena técnica y ejecución en propuestas de trampantojo, como la seta «Amanita» de remolacha y queso de cabra, un crujiente de arroz y bacalao, un «dorito» don aguacate y cigala, pollo a la catalana, cucurucho de maíz tostado y foie, o un sorprendente «cep» son los protagonistas de este primer acto que como presentación, te invita a abrir todos tus sentidos.
En Girona un dulce tradicional es el «xuixo» relleno de crema, frito y azucarado. En homenaje a los productos de la tierra, el chef nos acerca su propuesta rellena de trufa. Que decir… todavía caliente, recién hecho, delicioso bocado.
Un plato también tradicional de la cocina catalana es el bacalao desmigado y acompañado de judía blanca, cebolla, pimiento rojo y verde. Plato muy colorido, fresco y con un innegable sabor tradicional de un plato tan común y conocido.
Un Bloody Mary para refrescar entre actos, frío y limpio en boca para prepararnos para los siguientes platos.
Sardinas, almendra cruda, albahaca y tomate en uno de los mejores platos que he probado. Me encantó, muy equilibrado, la crema, la textura del tomate y el sabor del pescado. Uno de los platos que retienen en tu memoria y repetiría sin duda alguna.
Un ceviche de navajas divino, con pequeñas «esferificaciones» de lima a modo de caviar amarillo y sorbete de tomate, todo presentado sobre un plato en forma de lingote de hielo.
La propuesta del pulpo a feira, con una crema de patata y pimentón en forma de estrella de mar, y el pulpo de roca con cebolleta y puntas de espárragos todo a la brasa. Respetando el sabor genuino del plato gallego.
El conocido «suquet» de pescado de roca, cigala e hinojo tan común en esta zona. Sobre el caldo una espuma de intenso sabor a mar de la Costa Brava. Sorprendente.
Llega la carne, con un meloso de ternera, manzana al horno, tomillo y parmesano. Un sabor de guiso tradicional en un plato presentado sin trabajo con una carne tierna en contraste con la manzana asada. El único plato fiel a su enunciado, pero sabiamente elaborado.
Hora de los dulces y con ellos los recuerdos. Quien no probó en su día un pastelito de «la pantera rosa» yo a montones. Que juego entre el chocolate blanco, las frambuesas y el limón. Riquísimos y divertidos recuerdos, de idéntico sabor. La presentación acorde con la protagonista.
Otro postre más delicado y sutil es el yogur con miel, infusión de Maria Luisa y crema de limón. Original acto en el menú, delicado en su presentación y agradecido por sus propiedades digestivas. Rico, suave y diferente.
Por último un chocolate negro, intenso combinado con vainilla y naranja, para los amantes del buen chocolate, esto es para nota. Recomendación, degustarlo muy despacio… que no se acabe.
Ya sin esperarlo, te dejan una caja a cual juego de 3 en raya, donde encontramos 3 bombones, de carajillo de ron, de bombón de avellana y de trufa de tiramisú. Así para compartir y tener tiempo de interpretar todos los platos que han pasado por nuestra mesa.
Sin duda una experiencia y un espectáculo.
Muy recomendable, obras así siempre hay que acudir a verlas.
Restaurante Bo-tic – (1 estrella Michelin)
Ctra. C-66 Girona – Palamós, Km 11,5 – 17121 CORÇÀ – Girona
Teléfono: 972 63 08 69
Restaurante Bo-Tic de Corçà